la historia de rice

En 1998, Charlotte y Philippe Guéniau llevaban una vida muy ocupada en París. Tenían un buen trabajo y una buena vida, pero les faltaba algo. Después de vivir 15 años en la ciudad, y en este momento con su hijo recién nacido, empezaron a soñar en hacer otra cosa. Un ritmo más lento, con color, más libertad y con más de espacio para aventuras. La idea de rice levaba tiempo desarrollándose en silencio - y ahora había llegado el momento de darle vida. Todo empezó con la bolsa de rafia Durante una comida en el campo danés, la idea dio su primer paso real. ¿Y si pudiéramos dar más color a la vida diaria? No sólo con el arte o la pintura mural, sino también con los artículos que usamos todos los días. Entre ellos estaba la bolsa de rafia de Madagascar - la misma que seguimos fabricando todavía hoy en día. Las bolsas fueron un éxito y no pararon de llegar pedidos . Tantos que tuvieron que empezar a crear reservas. Animados por la popularidad, Charlotte y Philippe no tardaron en ampliar su colección - siempre pensando en el color, la diversión y la funcionalidad. Y así es como empezó rice - con el deseo de hacer la vida diaria más alegre. Diseñando una vida llena de magia diaria Desde el primer día, la misión fue clara: Diversión. Originalidad. Funcionalidad. No es sólo un slogan, sino una forma de pensar. A día de hoy, rice da color y alegría a hogares en más de 45 países. En la sede central somos unas 50 personas - y seguimos guiándonos por el mismo espíritu. Diseñamos con brillo en los ojos y un gran amor por los momentos cotidianos que realmente importan. La magia no tiene por qué ser grande. Sólo tiene que sentirse bien.